martes, 20 de abril de 2021

ELUCUBRACIONES

Dios. Yahvé. Jehová. Alá. Ra. El Gran Espíritu. Suma Perfección. Non Plus Ultra, y etc. Porque no hay expresiones para nombrarle… todas no son más que epítetos nacidos de la imperfección propia de la Materia y de la Energía, sostén de la Existencia.

Stephen Hawking afirmó que: “Dios no existe ni puede ser el Creador del Universo”. Claro que sí, porque Dios (o “cualquiera sea la idea que tengas de El” –Desiderata–): No puede existir y no puede no existir. Pues es propiedad de la materia ser o no ser. Cualquier endilgación que se le atribuya no lo define.

Tanto Albert Einstein como Hawking fueron científicos cuyos conocimientos profundizaron en las leyes de la Física: la Materia y la Energía, de ahí E=mC2, y que puedan también servir las ecuaciones, las ideas de los libre-pensadores y leyes, de Max Planck, W. Wien, Stefan-Boltzmann, M. Thiesen, F. Kurlbaum, O. Lummer, E. Pringsheim, J. Stark, Ernest Rutherford, Niels Bohr, Baruk Spinoza, Werner Heisenberg, Erwin Schrödinger, Paul A. M. Dirac, Wolfgang Pauli, Max Born, Boris Podolsky, Nathan Rosen, David Bohm, John Bell, Aharonov, Vladimir A. Fock, Leopold Infeld, Julius Robert Oppenheimer, Willis E. Lamb Jr., Hans A. Bethe, Sin-Itiro Tomonaga, Richard P. Feynman, Freeman J. Dyson, George Gamow, y…, quienes produjeron ecuaciones de ecuaciones del Cálculo General, Integral, Infinitesimal y Diferencial, ponderando, analizando, profundizando y elucubrando, con sus supuestos, hipótesis y teorías, en la apropiación del conocimiento de la Naturaleza, el Universo material y energético. ¿Será que la “chispa” de la Existencia, de la Vida, podrá algún día reducirse a una ecuación matemática o a alguna ley física?

Si hoy día tanta sabiduría, tanta genialidad, tantos estudios, tantos físicos, matemáticos, astrónomos…(la lista de disciplinas es larga, olvidando o despreciando quizás a la filosofía), no han podido decir la última palabra, pues de tanto en tanto surge(n) uno(s) más que derrumba(n) las hipótesis, teorías, ecuaciones y leyes cual torre de naipes, buscando la “simplicidad” en la “teoría unificada” o complicando los conceptos con los que muchos ya se sentían cómodos y hasta familiarizados (Big-Bang por ejemplo), olvidando a Antoine de Lavoisier: Nada se crea, nada se destruye, sólo se transforma, no han podido comprobar nada con respecto a la materia, la energía, la biología… el universo. ¿Cómo es posible que haya quienes se atreven a reducir con ecuaciones lo que es inmaterial? Desgraciadamente las religiones fallan al prometer lo que con falacias y/o pobres argumentos predican… Aquí es donde nace lo que en verdad es la Fe: si lo material es difícil de reducir con el conocimiento, ¿cómo será entonces lo inmaterial? Y eso que la búsqueda del conocimiento, de la verdad, es perenne. 

Por lo anterior, no puede “ser creador” de nada y no puede “no ser creador” de nada. El universo, la existencia (la vida), la conciencia de que habla Michio Kaku en “El futuro de nuestra mente”, no son más que conceptos de sus “manifestaciones del Universo Espiritual, inmaterial” que tampoco pueden reducirse a ecuaciones y/o leyes que rigen al Universo Material. ¿Cómo negar el “ánima”, el “espíritu”, el “alma” o ese hálito que genera la vida, la existencia, en el momento de la concepción de Ser (o quizás el “espectro o “ente”) y que define la Vida, el Ser, la Existencia... de TODO? Cualquier intento de calificarlo, definirlo, explicarlo o rebajarlo a nuestra condición de entes materiales, choca contra lo Inmaterial, contra esa Suma Perfección. Es inútil. De ahí la “esencia” del Universo Espiritual y por consiguiente, el sentido de la Muerte: sólo al trascender con la muerte, se podrá “participar”, “disfrutar” y/o “entender” la Eternidad que brinda la Espiritualidad, lo Inmaterial… DIOS. Eh ahí lo que verdaderamente es Fe: la esperanza en que vivir es cumplir con una misión u objetivo para continuar más allá…

¿Por qué somos como somos y no somos como debiéramos ser? Jiddu Krishnamurti. ¡La decisión de ser ateo no es más que la limitación causada por la incapacidad lógica de comprender con nuestra materialidad, la inmaterialidad! Así hay quienes se atreven a cuestionar la “presencia” (imperfección, pues es relativo a lo material) de Dios, en “dos lugares o sitios al mismo tiempo” – ubicuidad – (imperfección, ídem), tal como sucede con la “teoría de partículas” en la Mecánica Cuántica partiendo del Principio de Incertidumbre de Werner Heisenberg (se subraya Principio porque en un tanto quizás ya no lo sea, pues a la fecha, ¿no se está proponiendo la revisión de la Física Clásica, pues los descubrimientos, fundados en las nuevas hipótesis, generan propuestas para nuevas teoría y las posibles leyes?).

La ignorancia es osada, peligrosa, criminal… Y nacen las “teorías de la conspiración” donde los prepotentes y petulantes “certifican” a sus “inferiores”. Así lo han sufrido libre-pensadores, genios del conocimiento como Friedrich Nietzsche acusado de “matar a Dios” (La gaya ciencia), pues el contexto de su pensamiento no convenía a los intereses de los afectados… como sufrió Galileo Galilei… y… Esa es otra historia. Empero, hoy día... ¡también se está matando a Dios con la desbocada codicia en todos los ámbitos del diario vivir! ¡Se es de "sangre", "raza", "abolengo", "élite", "sociedad", "clase alta", "alcurnia", "linaje", "casta", "raza", "estirpe", "origen", "ralea", "tronco", "familia", sangre", "clan", tribu", pero si sólo y sólo si se tiene dinero! Aunque se sea un bruto en todo el sentido de la palabra. "En este cuarto me construye una biblioteca y me la llena de libros..." "¿Pero patrón, qué clase de libros?... "No importa, ¡yo pago!".

Si yo no hubiera sido yo… ¿Quién lo sería? ¿Por qué yo y no otro? ¿Entonces qué?

Cuando “la materia se interroga a sí misma” (Karl Sagan) y no halla respuesta, es mejor callar y acudir a la humildad.

DIOS, con  todas las letras en mayúscula, no es siquiera un concepto. No es posible acercarse a la más mínima idea de su “naturaleza”. Desde un punto de vista imparcial, sólo hay dos Universos: el Universo Material con sus las diferentes clases de Energía… estúdiese  el Espectro Electromagnético, la Energía Oscura…, y las diversas clases de Materia…estúdiese al menos la Materia Oscura, con sus imperfecciones, que se transforman la una en la otra, que puede manipularse con ingenios, aparatos, mecanismos de toda índole y llevarse hasta ecuaciones de altas matemáticas como las variantes de la física… atómica, bosones, muones, fuerzas débiles y fuertes…, nuclear, fusiones, fisiones, hadrones…, mecánica, termodinámica, fotónica, cuántica…; y, ¡el Universo Inmaterial, Espiritual, del cual no podemos decir nada!.

De ese “no poder decir nada”, nos quedan las manifestaciones que dentro de nosotros podemos comprobar como dicotomía: Cuerpo y Espíritu. Porque, con respecto al Cuerpo (y al Universo o Cosmos que nos ha tocado vivir), podemos manipular dentro de nuestras capacidades y avances tecnológicos, los elementos que enriquecen el conocimiento. Pero para lo Inmaterial, el Espíritu, sólo el Libre Albedrío nos permite escoger entre el Bien y el Mal. Hay una línea, un límite, una frontera, que separa al Universo Material del Universo Inmaterial y que ¡sólo puede cruzarse al morir! 

Morir. Muerte. No es más que el final de una etapa en la cual se ha debido cumplir con una misión. Si no fuera así, cuan estúpido, sin sentido e inútil sería existir.

"Oh que misterio insondable es este de la existencia", Hora de tinieblas, Rafael Pombo. (Léase Hora de luz, del mismo).

Una vez más: todos defienden sus DERECHOS, y cuando se habla de DEBERES todos se hacen los desentendidos. ¿Por qué?

2 Comentarios:

Anonymous Anónimo dijo...

Que inteligente eras.

28 de septiembre de 2022, 10:06 p.m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Por siempre te amare

28 de septiembre de 2022, 10:07 p.m.  

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